ASLATES



SOBRE EL ORIGEN DE LA TERAPIA DE ESQUEMAS

 

Por: Lic. Manuel Urbina

 

 

La Terapia de Esquemas es un modelo psicoterapéutico que está próximo a cumplir las tres décadas de existencia. Fue conceptualizado por Jeffrey Young, a fines de los años 80, y su equipo de colaboradores entre las que destacan Janet S. Klosko y Marjorie E. Weishaar. Por aquellos años, Young dirigía el Centro Cognitivo de New York, por lo que podemos observar la corriente psicoterapéutica de la que se nutrió o, al menos, así podría parecer; Farrell y Shaw (2013) manifiestan que el modelo cognitivo sienta las bases de la Terapia de Esquemas.

 

 Young Inició su carrera profesional, en 1975, bajo el enfoque de la Terapia Rogeriana y desde ese modelo humanista su práctica profesional no le resultaba satisfactoria debido a que su labor como terapeuta radicaba en escuchar el desarrollo de narrativas que desencadenaban estados emocionales intensos para ir haciendo devoluciones, parafraseos (Young, 2001) y buscar, finalmente, que sea el mismo paciente quien encuentre las soluciones  a sus males, Young (2001), dice: “el problema era que éstos con frecuencia no lo hacían o requerían tanto tiempo para hacerlo que me sentía terriblemente frustrado cuando finalizaba la sesión” (p.18).

 

Este malestar por no obtener resultados inmediatos y, en parte por su propio carácter impaciente (Young, 2001), lo lleva a buscar otras opciones e investiga en las terapias conductuales y ello le permite encontrar soluciones concretas y precisas para su labor profesional, de ese entonces. Young, (2001): “podía ser activo y ofrecer consejos a los pacientes en vez de mostrarme tan pasivo” (p.18). Dos años después, nuevamente, empieza a desencantarse de este modelo exclusivamente conductual (Young, 2001) porque observa que dejaba de lado dos aspectos importantes del psiquismo como son los pensamientos y las emociones, en consecuencia, los resultados terapéuticos no resultaban eficaces y ello lo llevaba a investigar en otras fuentes, como veremos.

 

 Jeffrey Young conoce a Aaron Beck quien, entonces, daba a conocer la Terapia Cognitiva, un modelo en donde el pensamiento es el mayor generador de conductas y emociones, por lo que a través de ellos se puede llegar a las creencias nucleares del paciente y desde allí generar cambios significativos. Young fue uno de los primeros terapeutas entrenado por el mismísimo Aaron Beck (Tineo, 2005); así también, uno de los primeros que realizó investigaciones sobre la depresión desde este modelo y cuyos resultados fueron altamente positivos -entre un 65% y 70%-, aun así, Young observa que estos resultados estaban condicionados a que no se relacionen con otros desórdenes psicológicos, pues cuanto más serios eran estos, menos resultados proporcionaban (Tineo, 2005). Le resulta gratificante el enfoque Cognitivo y empieza a difundirlo por los Estados Unidos y Europa a través de diferentes actividades académicas.

 

Pocos años después, Young empieza a observar –más detenidamente- que “algunos pacientes” obtenían ligeras mejoras y que si bien el modelo Cognitivo funcionaba en la mayoría de los casos, no afectaba a otro grupo y que simplemente el efecto reparador desaparecía gradualmente. Continúa sus investigaciones –sobre estos pacientes resistentes al tratamiento- y se pone en contacto con otros colegas que presentaban pacientes similares y comprueba la existencia de un grupo casi inmune a los tratamientos terapéuticos. Young (2012) dice: “decidí estudiar, imaginarme qué tenían en común todos estos pacientes” (p.19).  Su descubrimiento fue trascendental para la génesis de la Terapia de Esquemas pues establece que estos tenían ciertos patrones de vida disfuncionales adquiridos en la infancia y adolescencia y que subyacían a lo largo de sus vidas reforzándose continuamente. Young los llama patrones de vida autodestructivos y conceptualiza al Esquema (Young,  2013) como un patrón constituido por recuerdos, emociones, cogniciones y sensaciones corporales sobre uno mismo y a la propia relación con los demás que se desarrolla durante la infancia o la adolescencia y que se elabora a lo largo de la vida, siendo disfuncional en grado significativo (p.36). Al respecto, Obst, (2014) los señala como pacientes no dispuestos a esforzarse para lograr cambios, pues sus cogniciones se encuentran distorsionadas y estas, además, de sus conductas aparecían muy integradas a su identidad por lo que resultaban difíciles un cambio a través de los recursos tradicionales. Esta visión de patrones de vida fijos y disfuncionales le permite a Young desarrollar una teoría propia de la personalidad basándose en este constructo que da soporte a la Terapia de Esquemas.

 

El año 2001 aparece el primer texto –en castellano- que presenta el enfoque de la Terapia de Esquemas, titulado Reinventa tu Vida, y revestido como un libro de autoayuda, del que se venden más de 125 000 copias (Young, 2013). Estas nuevas investigaciones realizadas por Young lo llevan a realizar la primera lista de Esquemas o Trampas vitales, -fueron 11 en un inicio- y para cada una establece una serie de estrategias específicas con las puede obtener resultados satisfactorios. Evidentemente, atrae la atención de muchos psicoterapeutas hispanos, sin embargo, es en Europa y Estados Unidos en donde más se valida y se realizan diversas investigaciones sobre este enfoque.

 

Los que habíamos leído Reinventa tu vida, sentíamos que en ese libro se nos mostraba apenas la cereza del pastel y esperábamos la aparición de nuevas investigaciones sobre este innovador modelo. Fueron apareciendo nuevos aportes, pero en inglés, alemán, holandés, entre otros, limitando así su conocimiento y difusión en los países hispanos. Finalmente, el año 2013 –casi 10 años después de la primera edición en inglés- aparece el manual más completo, en castellano, sobre este nuevo modelo que había conseguido muchos admiradores e interesados: La Terapia de Esquemas, Guía práctica.

 

La Terapia de Esquemas es un modelo que integra- tal como ya lo iba mostrando Young en sus inicios- diferentes enfoques como el Cognitivo Conductual para tratar los pensamientos como  la mejor ruta del autoconocimiento y construcción de nuevos argumentos; las técnicas experienciales del modelo Gestalt que se refleja en el trabajo de modos y cambio de sillas;  la Teoría del Apego que establece las relaciones modales desde nuestra primera infancia y que nos permite comprender la dinámica de las interrelaciones afectivas y emocionales; también toma principios básicos del modelo psicoanalítico, del constructivista, del cognitivo-analítico de Ryle, de la terapia centrada en emociones, entre otros (Young, 2013).

 

 Claro está que la Terapia de Esquemas es un enfoque terapéutico integrativo con su propia teoría y una estructura claramente definida que apunta al tratamiento de los trastornos de personalidad en pacientes que no respondían al trabajo de la Terapia Cognitiva tradicional (Farrell y Shaw, 2013). Anecdóticamente, hace poco, en un encuentro de terapeutas, escuché a un colega que decía que la Terapia de Esquemas era la suma de la Terapia Cognitiva Conductual “más” la Terapia Gestalt. Lamentablemente, no es así. Este nuevo modelo tiene su propia teoría y está perfectamente estructurada y coherente que la convierte en única. Pretender lo contrario sería como decir que la Gestalt es la suma del Psicoanálisis “más” el Psicodrama: pues “nada que ver”, salvo que se emplee el lenguaje en un sentido figurado y que haga alusión a sus fuentes mayores de inspiración, y aun así no sería cierto.

 

Hoy existen muchas investigaciones y bibliografía sobre la Terapia de Esquemas, pero en su mayoría en lengua extranjera de las cuales se han traducido tres libros: Terapia de Esquemas, guía práctica; Terapia de grupo centrada en esquemas para el tratamiento del TLP y, Reinventa tu vida. Quedan pendientes otros textos –por traducir- relacionados con parejas: Schema Therapy with Couples, de Chiara Simeone –DiFrancesco, Eckhard Roediger y Bruce A. Stevens; con el día a día en la vida matrimonial: I Choose US, de John Philip Louis y Karen McDonald; con la prevención de esquemas desde la visión paterna: Good Parenting Enough; con el cambio de patrones de pensamiento: Breaking Negative Thinking Patterns; entre otros. Hemos podido encontrar algunos capítulos relacionados a la Terapia de Esquemas, en castellano, en los trabajos de Julio Obst (2014) y, en el de Isabel Caro (2007) y también circulan en la red otras investigaciones relacionadas a este tema. Algunos estudios serios y de gran aporte y, curiosamente, hemos encontrado capítulos completos de los libros de Young traducidos del inglés al castellano y que –intrépidamente- se atribuye como autor cierto personaje, siendo este, incluso, citado oficialmente en algunas fuentes.

 

La Asociación Latinoamericana de Terapia de Esquemas (ASLATES) tiene entre sus objetivos principales el difundir este modelo innovador y acceder a él a través de la literatura e investigaciones que se irán publicando en este portal que cuenta con la dirección y el academicismo de la Dra. Lydia Tineo, fundadora del primer Centro de Terapia de Esquemas en Latinoamérica y Directora del Programa de Entrenamiento y Supervisión para Certificación de Terapeutas de Esquemas aprobado por ISST. Esperamos promover, también, las traducciones -oficiales- de nueva bibliografía en nuestra propia lengua y que redunden en nuevas investigaciones y sigan desarrollando el espectro de la Terapia de Esquemas.

 

 

REFERENCIAS

 

Caro, I. (2007) Manual teórico-práctico de psicoterapias cognitivas. Bilbao. Editorial DDB.

Farrell, J.M & Shaw I.A (2012) Terapia de Grupo Centrada en Esquemas para el tratamiento del trastorno límite de la personalidad. Bilbao. Editorial DDB.

Obst. J. (2014). La terapia cognitiva, integrada y actualizada. Argentina. Editorial, editado por el autor.

Riso, W. (2008). Terapia cognitiva, fundamentos teóricos y conceptualización del caso clínico. Barcelona. Editorial Norma.

Ruiz, M., Díaz. M & Villalobos. A. (2012). Manual de técnicas de intervención cognitivo conductuales. Bilbao. Editorial DDB

Tineo, L. (2005) Perspectivas Sistémicas, N°88. Buenos Aires

Young. J. y Klosko. J. (2001). Reinventa tu vida, como superar las actitudes negativas y sentirse bien de nuevo. Barcelona. Editorial Paidós.

Young. J., Klosko. M & Weishaar. E. (2013). Terapia de esquemas. Bilbao. Editorial DDB.

 


MODELO DE ESTRÉS – HOMEOSTASIS Y TERAPIA DE ESQUEMAS

 

Por: Mtro.Psic. Sergio Alejandro Morales Hernández

 

    Nadie puede negar la importancia de las neurociencias para explicar trastornos mentales como la depresión, la ansiedad y las adicciones; el estudio del funcionamiento del sistema nervioso central nos ayuda a describir su organización y funcionamiento, así como encontrar medios para prevenir y curar enfermedades neurológicas y psiquiátricas.

 

    Jeffrey Young en “INSPIRE” 2016 (Congreso Internacional de Terapia de Esquemas) planteó el modelo “Estrés y Homeostasis” como un fundamento neuropsicológico   para explicar y fortalecer su teoría que creó a finales de los    años 80´s.

 

    Cuando los individuos se enfrentan a eventos estresantes son más susceptibles a contraer una enfermedad, ya que los esquemas pueden mantenerse latentes hasta que son activados por eventos que son percibidos por el individuo como amenazantes. (Riso, 2009) Ante estas situaciones todos los seres vivos, incluyéndonos, naturalmente buscamos la “homeostasis emocional”. (Young, 2016).

 

      Para reducir el estrés y regresar a la homeostasis, nosotros nacemos con mecanismos para cubrir las necesidades emocionales no satisfechas. De no cubrirse estamos más susceptibles a desarrollar algún trastorno psicológico. (Riso, 2009; Caro, 2007; Young, 2016).

 

     Se han encontrado en diferentes investigaciones las consecuencias, a largo plazo, de exponernos al constante estrés:

  • Trastornos depresivos (Beck, 1987)
  • Abuso de drogas (Dumas, 1996)
  • Trastorno límite (Zanarini y Frankenburg en Riso, 2009; Klosko & Young 2004)
  • Gestación a la aparición de problemas de conducta o la aparición del déficit de atención.
  • Reducción del crecimiento en niños debido al hipofuncionamiento de la hormona asociada al estrés. (Oblitas, 2006; Young, 2016)
  • Alteraciones del sueño (insomnio, pesadillas, sueño inquieto, apnea). (Cavallo Young, 2016)
  • Dificultades para mantener apetito por irrupciones en funciones gastrointestinales
  • Hipertensión arterial (hiperactividad del sistema nervioso simpático)
  • Pérdida de fertilidad y capacidad sexual y reproductiva por el hipogonadismo inducido por el estrés en la edad adulta.
  • Inhibe el sistema inmunológico provocando vulnerabilidad a resfriados y enfermedades respiratorias (alergias, rinitis o asma) o dermatitis atópica.(Mizara, 2015, Oblitas, 2006; Young, 2016)
  • Factor de riesgo para provocar dolores de espalda, diabetes, apendicitis, artritis, herpes, problemas del corazón y algunos tipos de cáncer. (Mizara, 2015; Young, 2016)

Desde esta perspectiva podemos integrar las fuentes de estrés en cuatro clasificaciones:

  1. Entorno social deficiente. Los miembros de la familia y otras personas en el entorno del niño están indispuestos a cubrir las necesidades emocionales adecuadamente. Pocos comportamientos positivos (ej. empatía) y muchos negativos (abuso).
  2. Factores biológicos y temperamentales negativos.
  3. Traumas impredecibles en eventos de la vida (ej. muerte de un familiar).
  4. Normas y expectativas culturales (ej. no se acepta expresar emociones).

     Vinculando el estrés y la homeostasis con el desarrollo de los esquemas podemos resumir que ante la respuesta emocional de un niño cuando no se satisfacen las necesidades básicas. El niño cambia al modo “Vulnerable” o “Enojado” y experimenta emociones perturbadoras. Con el tiempo, el niño se vuelve sensible a las necesidades específicas que son crónicamente insatisfechas, o para eventos específicos que amenazan a las necesidades. El niño desarrolla un “Esquema Maladaptativo Temprano”.

 

       El niño comienza a anticipar que las necesidades no serán satisfechas, o malinterpreta eventos como una prueba más del esquema. El esquema conduce a una “Profecía Auto-cumplida”, lo que hace que la homeostasis sea más difícil de alcanzar. Naturalmente el niño utiliza comportamientos sanos o innatos para afrontar los estresores para cubrir sus necesidades emocionales (Modo “Niño Saludable”). Pero si fallan el niño desarrolla respuestas disfuncionales para satisfacer esas necesidades  (Respuestas de Afrontamiento Disfuncionales). (Young, 2016).

 

REFERENCIAS:

 

Caballo, V. (2007). Manual para el tratamiento cognitivo-conductual de los trastornos psicológicos, Vol. 1: Trastornos por ansiedad, sexuales, afectivos y psicóticos. Siglo XXI

Caro, I. (2007). Manual teórico-práctico de psicoterapias cognitivas. Bilbao. Editorial DDB.

Mizara, A. (2015). Schema therapy in dermatology. The schema therapy bulletin. October, 2015, Issue 2.

Oblitas, L. (2006). Psicología de la salud y calidad de vida. 2da. México: Thomson.

Riso, W. (2008). Terapia cognitiva, fundamentos teóricos y conceptualización del caso clínico. Barcelona. Editorial Norma.

Young. J., Klosko. M & Weishaar. E. (2013). Terapia de esquemas. Bilbao. Editorial DDB.

Young. J. (2016). “A New case conceptualization approach: Supervisir/Trainer Skills Building”. INSPIRE 2016. Confeerence. Vienna. July 2° 2016